Por: Merlyn Orejuela
thot55@gmail.com
Decenas de figuras de mujeres de todos los colores, edades y épocas rodean a Teresa Sosa. Su dedicación a la lucha de género se observa en las obras de arte de su acogedor apartamento. Pinturas, libros, esculturas, artesanías y tallados de mujeres, rememoran el camino recorrido por diversas partes del país y del mundo en defensa de los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia.
Teresa nació en La Guaira, estado Vargas, en el seno de una
familia humilde fundada por una ama de
casa y un pescador artesanal. Con dedicación y amor por el estudio logró dos
carreras universitarias: una licenciatura en Trabajo Social y otra en
Filosofía. También obtuvo el grado de Magister en Literatura Latinoamericana en
la Universidad de Los Andes y realizó un postgrado en Administración en la
Universidad Central de Venezuela.
Hoy cuenta con 68 años de edad y conserva su espíritu de
lucha intacto, ese que desde muy pequeña la impulsó a trabajar fuerte para
superar la pobreza que la afectaba a ella y a su círculo familiar. En ese
transitar vio muchos rostros de mujeres vejadas por la injusticia, y esa fue la
semilla que la llevó al activismo feminista, una semilla que ya germinó y
ha brindado muchos frutos.
Sus constantes investigaciones y reflexiones intentan romper
con la marginación y con los hilos de una cultura machista y patriarcal. Entre
los temas a destacar en sus estudios se encuentran la violencia de género, la
lucha por el aborto libre de riesgo y no punible, así como el abordaje de la
simbología de los medios de comunicación social, que invisibilizan y desfiguran
a la mujer.
Los primeros pasos de
una lucha
Desde los años 70 Teresa Sosa se interesó por la lucha
feminista. Una influencia decisiva para su proceso de adhesión al feminismo
ocurrió cuando cursaba la carrera de Filosofía en La Universidad del Zulia,
lugar donde tuvo como docente a Gloria Comesaña, una feminista que recién había
regresado de Francia cargada de nuevas ideas europeas sobre el tema. Para la
fecha del encuentro de las dos mujeres, ya Comesaña se había dedicado a agrupar a estudiantes y colegas en la Liga Feminista de Maracaibo, estado Zulia, un
espacio al que Sosa se unió sin pensarlo dos veces.
La Liga Feminista hizo una profunda labor activista en
Maracaibo, pero quizás una de las experiencias más destacadas que recuerda Sosa
fue la ocurrida en 1981. En ese año la asamblea de la Federación Médica de
Venezuela fue convocada para tratar por primera vez en la historia del país y
como único tema, el aborto como un problema de salud pública. La presencia de
las mujeres feministas dentro de la asamblea fue constante y activa, pues participaron
en todas las discusiones.
No obstante, pese a que la discusión en ese momento no
logró los objetivos esperados, esta agrupación de mujeres marcó un hito al plantear
por primera vez el aborto sin condiciones de riesgo. El peso de la iglesia católica y los argumentos leguleyos del antiguo Congreso fueron demasiado fuertes para cristalizar una propuesta legal.
Esta primera batalla le dio el impulso necesario a la Liga
para consolidar su organización y fortalecer sus espacios de lucha. Fue así
como en 1984, el movimiento feminista zuliano fundó la Casa de la Mujer de
Maracaibo, un sitio de encuentro, debate y militancia activa a favor de todas
las mujeres de la región. Al frente de esta casa estuvo Teresa Sosa como
fundadora y directora hasta 1986.
De izquierda a derecha: Teresa Sosa, Gladys Tinedo y Gloria Comesaña
Movimiento Mana
Juana: expansión de una lucha sin fronteras
Producto de su transitar académico y profesional, Teresa
Sosa se radica en el estado Trujillo en 1987, sin perder nunca la intensidad de
su trabajo en pro de la mujer. En este sentido, dio rienda suelta a sus
aspiraciones por despertar la intensidad del movimiento feminista en la entidad andina, para lo cual, organizó ese año una exposición de afiches sobre feminismo
en la biblioteca pública “Mario Briceño Iragorry” de la capital homónima del
estado. El evento fue clave para que otras mujeres se unieran en torno a la
causa de los derechos de la mujer, que poco a poco tomó cuerpo hasta que en
mayo de 1992 nació el Grupo de Mujeres “Mana Juana”, nombre de un personaje de
ficción que es víctima de violencia de género en la novela del escritor Joaquín Segundo González.
En esa misma época “Mana Juana” logró obtener una página en
el Diario de los Andes de Trujillo,
que lleva por nombre “Palabra de
Mujer”. Desde ese espacio, que cumplió este 2012 una difusión
ininterrumpida de 20 años todos los domingos, Sosa y sus compañeras lograron
difundir la labor que la agrupación “Mana Juana” hacía en ese y otros estados
del país. Uno de los casos más representativos fue el activismo
de apoyo dirigido a un grupo de mujeres muy pobres de la ciudad de Trujillo que
habían invadido unos terrenos baldíos para construir sus viviendas; en contra
de esas mujeres se desató una persecución “tipo nazi” por el gobierno de turno,
relata Teresa.
Pero no sólo desde la esfera gubernamental vinieron los
problemas, pues el diario en principio no concibió la página exactamente como
sus redactoras la pensaron. Al respecto recuerda Sosa: “el jefe de redacción
del diario se molestó mucho por ese reportaje, porque pensaba que íbamos a
desarrollar una página de belleza, es decir, de la mujer estereotipada. Algunas
veces censuraron la página”.
Sin embargo, el trabajo continuó con más ahínco y tuvo cada
vez mayor trascendencia pública. Esto permitió abordar la violación y posterior
embarazo de una muchacha de 16 años con discapacidad mental. “Emprendimos la
lucha por esa causa, pero el agresor tuvo apoyo de un sector político con
mucha influencia en Trujillo para la época y el delito gozó de impunidad.
Logramos también alcanzar una amplia cobertura en la prensa escrita nacional en
torno a un caso de acoso sexual en el sector universitario del país, por parte
de un profesor hacia unas estudiantes de la Universidad de Los Andes, Núcleo
Trujillo”, recuerda.
Como esas, muchas otras historias han sido tratadas en “Palabra de Mujer”,
lo que ha permitido sensibilizar y sumar más mujeres a la causa. La buena
receptividad acumulada en 20 años de divulgación y lucha, trascendió los medios
de difusión tradicionales hasta llegar al ciberespacio hace cuatro años. Desde
el año 2008, los contenidos de la página impresa que dirige Teresa Sosa, son
publicados también en el blog www.palabrademujer.wordpress.com,
un espacio en línea que contabiliza más de un millón cuatrocientos mil
visitantes en todo el mundo hasta la fecha.
Aborto: “Es su
cuerpo, es su vida y es su decisión”
En todos los años de lucha a nivel individual y colectivo, quizás
el tema del aborto es uno de los más preponderantes para Sosa. Ella sostiene
que la prohibición de éste es parte de una dogmática que fue construyendo la
alta jerarquía de prelados de la iglesia católica, porque hasta el siglo XII el
aborto no era penado por la curia romana. “La prohibición del aborto en el
mundo católico se debe a que un porcentaje muy alto de la feligresía lo
conforman mujeres. En la medida en que te controlan el cuerpo, te controlan la
vida. La mayoría de las mujeres que deciden abortar, lo ocultan, incluso a
personas allegadas, por miedo a la estigmatización”, indica.
“La mujer tiene derecho a decidir sobre su cuerpo, tiene
derecho al aborto sin condiciones de riesgo. Lo que impide el aborto legal, en
la mayoría de los países, son las tradiciones y creencias religiosas que tienen
mucho peso en las decisiones políticas de Estado. En nuestra sociedad,
religiones como la católica tienen mucha influencia en altos niveles políticos,
de allí que no se avance en Venezuela en un proyecto jurídico que permita la
legalización del aborto y se respeten los derechos reproductivos de la mujer”.
Ningún obstáculo ha sido lo suficientemente fuerte como para
que Sosa frene su fervor por reivindicar el derecho que tiene la mujer a
decidir sobre su cuerpo, sin presiones de ningún tipo.
Teresa Sosa con integrantes de asociaciones de mujeres del País Vasco, 1996.
“Todas las mujeres
hemos sido víctimas de violencia”
En el plano de la violencia contra la mujer se suele hablar, por lo general, de la que se ejerce físicamente, pero Teresa Sosa, además de ocuparse de
esta problemática, reflexiona siempre sobre el tema de la violencia simbólica hacia la mujer en la sociedad.
Su experiencia e investigaciones en la materia le permiten
hacer un análisis sobre el abordaje de los medios de comunicación social en
torno a la mujer. “En la sociedad funciona un aparato simbólico muy grande, que
ha dificultado mucho y sigue dificultando los logros y el avance de las luchas
de las mujeres contra la violencia de género y la igualdad con respecto a los
hombres. La publicidad juega un papel importante en reforzar el estereotipo de
una mujer objeto, encasillada y sometida a la voluntad del machismo”.
“Todas las mujeres hemos sido víctimas de violencia de
género. No solamente es el maltrato físico, sino también la descalificación y
el insulto. El peligro de eso es el proceso de naturalización que viene ocurriendo
en la mente de la gente, el impacto que tiene lo simbólico en la conciencia”,
asegura Sosa.
Al profundizar sobre este aspecto, Sosa afirma que para romper con el machismo el acceso a la educación es esencial. “Al tener
una profesión o un oficio se puede tener independencia económica y abrir brecha
contra la subordinación de la mujer hacia el hombre”,
Este planteamiento de Sosa pasa por cuestionar el desequilibrio sexual en cuanto a la distribución de las tareas del trabajo
del hogar, por citar un ejemplo cotidiano, donde tradicionalmente la mujer
tiene una mayor carga debido a la naturalización de los roles de acuerdo al
género como construcción social.
Mujer, política y
medios de comunicación
Sosa afirma que uno de los primeros logros en estos años de
Revolución Bolivariana ha sido la incorporación del lenguaje de género en la
Constitución, al incorporar a “ellas y ellos”. No duda en afirmar que en
Venezuela el nuevo léxico constitucional marcó ruptura para avanzar “porque la primera invisibilización de la
mujer está en el lenguaje”.
Para ella, uno de los aspectos más notables en estos
momentos de cambios políticos en el país, es que las mujeres ahora están muy
visibles en la lucha de calle, en sus comunidades. “En el plano de lo simbólico
eso surte buen efecto mediático, ahora la mujer es lideresa y habla de sus
proyectos en los medios de comunicación. Eso es fabuloso, se atreve a hablar en
voz alta”.
“Cuando estas mujeres, en su mayoría de los sectores
populares, ven ahora que su lucha es fructífera para la satisfacción de sus
necesidades, las de su familia, sus hijos, su casa, sus comunidades, que han
hecho públicas desde su propia palabra, se comenzará a abrir otro proceso, la
lucha paso a paso por sus derechos de género y políticos, pero de una manera
más reflexiva y conciente. Todavía no hemos llegado a ese momento glorioso
en la Venezuela actual”, expone
Sosa.
Teresa Sosa en el estudio de su apartamento, 2012
Con mucha pasión relata Teresa Sosa sus vivencias,
conocimientos y experiencias en este incansable camino por el feminismo, que le
ha costado incluso la estigmatización por parte de representantes del
catolicismo y de grupos reaccionarios. “A la mujer de mi país le digo que
continúe en pie de lucha por sus derechos y no sólo por los derechos que
protegen a la familia y a sus hijos, sino aquellos que la protegen como ser
humano, como persona. Debe educarse y prepararse para avanzar, porque la única
manera digna de avanzar es a través de la educación, y felizmente están abiertas
en la actualidad diversas oportunidades en ese sentido en Venezuela”, finaliza
sonriendo con la calidez y el entusiasmo de mujer luchadora.


¡Buenísima! Aunque es menester aclarar que esta es una entrevista a dos autores, la más importante es la creadora de este blog. Hay que corregir estos créditos.
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