A menudo, en las universidades se ha vinculado a la filosofía con una escuela de pensamiento o un movimiento determinado, y por ende, cada movimiento o escuela conlleva una enseñanza específica. De allí que, la manera de concebir la filosofía influye en su enseñanza. Como práctica didáctica general, se ha hecho de la filosofía un ejercicio de transmisión frío de un conocimiento acabado, perteneciente a una tradición.
Cabe aquí citar el reto de Kant, a propósito de la pregunta por la filosofía: "no se puede enseñar filosofía, lo único que se puede hacer es enseñar a filosofar". Se entiende a partir de este planteamiento que la filosofía va más allá del amor al conocimiento y el hecho de comprender los aportes de Sócrates, Platón, Aristóteles, Hegel, Heidegger, Nietzsche, Gadamer, entre otros, sino que requiere una experiencia crítica del pensar, desde sí y desde los otros. Más allá de la preocupación por la formación, filosofar está en el hecho de preguntarse, revisarse, replantearse y cuestionarse, especialmente en torno a aquellas ideas que creíamos fijas y ciertas.
A propósito de esta necesidad de propiciar la inquietud del sí y el pensamiento crítico, que debe producirse desde nuestros propios contextos sociales y culturales, quiero referirme al trabajo del profesor de filosofía de la Universidad de Buenos Aires, Darío Sztajnszrajber, conductor del programa de televisión Mentira La Verdad, que se transmite a través del canal Encuentro, señal educativa del estado argentino.
La propuesta de dicho programa se aproxima a la generación de una conciencia crítica del ser, de lo que somos, que se hilvana con contextos sociales actuales, alejada de la teoría abstracta a la que generalmente se circunscribe la enseñanza de la filosofía en las cátedras universitarias. Programas como Mentira La Verdad demuestran que el amor por el saber no es suficiente en la filosofía, puesto que es necesario el amor a conocerse, a aprenderse, a interrogarse. Precisamente, el conductor de este programa, más allá de transmitir un conocimiento, se dedica a propiciar la inquietud y el amor por el preguntarse.
La propuesta de dicho programa se aproxima a la generación de una conciencia crítica del ser, de lo que somos, que se hilvana con contextos sociales actuales, alejada de la teoría abstracta a la que generalmente se circunscribe la enseñanza de la filosofía en las cátedras universitarias. Programas como Mentira La Verdad demuestran que el amor por el saber no es suficiente en la filosofía, puesto que es necesario el amor a conocerse, a aprenderse, a interrogarse. Precisamente, el conductor de este programa, más allá de transmitir un conocimiento, se dedica a propiciar la inquietud y el amor por el preguntarse.
A través de un medio de difusión masivo, como la televisión, y mediante un formato fresco y creativo, desde este programa se apuesta por generar conciencia crítica en el espectador, que debería inquietarse frente a las interrogantes que cada capítulo propone en torno a temas como el amor, la felicidad, el poder, la amistad, la muerte, la belleza, el alma, entre otros. En el siguiente link pueden encontrar capítulos de la primera y segunda temporada de este programa http://sicarioinfernal.blogspot.com/2012/07/Mentira-La-Verdad.html
El conductor de este programa de televisión, también cuenta con un espacio radial semanal. Esta semana, Darío Sztajnszrajber hizo una reflexión sobre la (in)tolerancia, con énfasis en el contexto político argentino, pero que bien puede adecuarse para el caso venezolano. Para escucharlo, haz clic en el siguiente enlace: Darío Sztajnszrajber: La Tolerancia.

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